Un dialogo surge de dos universos individuales, de dos intimidades que en simultaneidad despliegan el encuentro. Estos monólogos son dispositivos para el encuentro con la mirada femenina, son conversaciones entre feminidades y masculinidades emergentes que buscan encontrarse en la contemporaneidad, desde los diversos discursos socioculturales con los que convivimos en el cotidiano. Richard Sennett (2012) habla de la dialógica como la capacidad de escucha entre diversas subjetividades, lo que permite repensarse desde el entendimiento de otra realidad, de esta forma se detona una red de curiosidad que implica un intercambio desde el disenso, desde contextos dispares, para a partir de allí crear reflexiones en torno a la condición humana cooperativa. La visualidad, como el proceso de intercambio de mensajes, como el intercambio sociocultural nos permite evidencias dichos diálogos en entorno a la poética de la existencia.